Solo con la misma socarronería con la que Rafael Alberti dijo aquello de "Yo nací con el cine. Perdonadme", por la influencia que tuvo la imagen en movimiento en su generación, los adolescentes y jóvenes de la actualidad podrían solicitar esa remisión con respecto a su coetaneidad por la irrupción y desarrollo de las nuevas tecnología de la información y la comunicación. Y es que a partir de esos tiempos de los del 27, el hechizo de la imagen le echó un pulso a la palabra escrita. Y en esta contemporaneidad, ese poder de seducción lo tienen estas herramientas informáticas que facilitan y mejoran el acceso a los conocimientos y la interacción comunicativa. Nuestros adolescentes y jóvenes son hijos de esta nueva era tecnológica y global en donde la comunicación ya no parte únicamente del uso del lenguaje, hablado y escrito, sino de la interacción de diferentes códigos entre los cuales se manejan para la comunicación y el ocio. Y los docentes, si no lo hemos asumido ya vamos tarde, tenemos que hacer de estas herramientas un estímulo indispensable para el aprendizaje, porque la invitación que proporciona este canal para llegar al conocimiento no es comparable ni a la tiza ni al texto impreso.
Si el tiempo que pasan nuestros alumnos fuera de los centros educativos están en contacto con estas herramientas estimulantes y atractivas, es compresible y lógico el aburrimiento que deben soportar durante esas seis horas lectivas diarias sentados en una silla. Y mucho más en una sociedad que invita al desencanto, realidad agravada en contextos socio-culturales y económicos bastante desalentadores, factores de los que los mismos educadores no estamos exentos.
Gabriel Celaya escribió ese poema que es un himno para los que nos dedicamos a esto de la docencia:
que poner un motor a una barca,
hay que medir, pensar, equilibrar,
y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta,
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que esa barca, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestro propio barco,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada.
Y es que la acción más cercana que define el arte de la enseñanza es ese "poner un motor a una barca" que mueva y conmueva. Durante este curso que estamos clausurando, en el que por primera vez he compartido la experiencia de elaborar materiales propios para la enseñanza de las competencias lingüísticas y comunicativas, he experimentado en mí misma y en mis alumnos la conjunción de dos términos en sus significados etimológicos: la motivación y la emoción. Motivación de la raíz latina MOVERE y emoción de EXMOVERE (mover hacia fuera), sacarnos de nosotros mismos para sentir, desear, entusiasmarse, despertar, porque es muy probable que las mejores decisiones no sean fruto de una reflexión sesuda sino del resultado de una emoción.
“La emoción es la principal fuente de los procesos conscientes. No puede haber transformación de la oscuridad en luz ni de la apatía en movimiento sin emoción”. Carl G. Jung.
En más de una ocasión me he planteado si esto es un blog de Lengua, y desde luego no lo es en el sentido más ortodoxo. Pero existen magníficos materiales didácticos en la red elaborados por profesores y profesoras que aman esta materia y lo ponen al servicio de todos. Pero yo debo reconocer que siento pasión por mi asignatura porque da la posibilidad de enseñar el sistema de nuestra lengua materna desde cualquier contenido disfrutando de la libertad en el proceso enseñanza-aprendizaje. El poeta lo expresaba mejor:
"Está el hombre junto a su lengua como en la margen del agua en estanque que tiene en el fondo joyas y pedrerías, misterioso tesoro celado. La mirada no suele pasar del agua, donde se reflejan las apariencias de la vida, con belleza suficiente. Pero el que hunde la mano, más allá, más adentro, nunca la sacará sin premio”. Defensa del lenguaje, Pedro Salinas.
Los poetas tienen esa capacidad de expresar a través de la metáfora una realidad que no tiene un término que la designe propiamente, o aclarar una idea haciendo uso de sus capacidades estéticas que la haga más comprensible. Si Celaya expresaba la esencia de la profesión de la docencia, Salinas lo expresa con respecto a la materia que imparto. Y el premio de esta asignatura para los profesores de Lengua y Literatura es el contribuir al desarrollo personal, social y cultural de estos adolescentes, adultos prematuros en muchos aspectos, pero no desarrollados en las destrezas de leer, hablar, escuchar y escribir y que arraigue en los alumnos la justificación que tiene esta materia que imparto como instrumento para crear la base del aprendizaje en cualquier disciplina.
Si no he completado la programación didáctica con la explicación del complemento verbal llamado predicativo ni el de régimen y no he logrado que todos escriban con h el verbo haber en los tiempos verbales compuestos, por lo menos he conseguido que se fijen e intenten corregir ese término que sale subrayado en rojo porque el programa ortográfico informático alerta que está mal escrito, pero que precisamente, no subraya esta falta ortográfica de base gramatical del verbo haber más participios.
Por eso que haya arraigado en mí este género comunicativo que engarza elementos de diferentes códigos para un fin primordial: la motivación que despierte el interés por el saber, que saque a los alumnos y a mí misma del aburrimiento y podamos sentir el vitalismo y el optimismo imprescindible para ejercer esta profesión. ¿Si funcionó conmigo, por qué no con mis alumnos? Con el compañero que puso este blog en la órbita blogosférica me comprometí en hacer una entrada al mes. Y si nació en febrero y hacemos la cuenta, se ha superado esa cifra con creces. Porque ha servido de motor y la barca ha fluido con la máxima libertad y espontaneidad.
Los alumnos están ya de vacaciones, y el verano motiva y emociona en otras artes de la vida. Así que, hasta el otoño, que suene El Verano de Vivaldi por dubsted de guitarra.
Ha sido un placer. Gracias MaestRo!!
¿El curso 2014-15? Pues como dijo Escarlata O´Hara-Vivien Leigh en Lo que el viento se llevó: "Ya lo pensaré mañana". Gracias a mis alumnos y alumnas, a los compañeros que han seguido esto, a los visitantes. Y especialmente a mi madre y a mi hijo. Rosa.
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